La educación en la convivencia es a la vez un objetivo básico de la educación y un elemento imprescindible para el éxito de los procesos educativos. Aprender a respetar, a tener actitudes positivas, a aceptar y asumir los procesos democráticos, debe ser una prioridad para toda la comunidad escolar ya que prepara al alumnado para llevar una vida social adulta satisfactoria, autónoma y para que pueda desarrollar sus capacidades como ser social.
Convivir es “vivir en compañía de otros”, por lo tanto se entiende por convivencia la relación entre todas las personas que componen una comunidad. Una buena convivencia exige respeto mutuo, aceptación y cumplimiento de normas comunes, de otras opiniones y estilos de vida, respeto a la diversidad y de resolución pacífica de tensiones y conflictos.
El conflicto es un proceso natural en las relaciones entre personas, siendo inherente a la vida en sociedad. Aprender a solventar estas situaciones de forma correcta es necesario para el desarrollo intelectual, emocional y social de las personas.
El Plan de convivencia, para ser útil y eficaz, debe comprometer a toda la comunidad educativa, por lo que debe ser elaborado utilizando estrategias participativas que garanticen el compromiso de todos los sectores de dicha comunidad, tanto en el diseño del Plan como en su posterior desarrollo y evaluación. Sólo cuando las personas se sienten agentes integrados en los procesos de participación y decisión se consigue aumentar el nivel de compromiso e implicación.
El proceso de elaboración del Plan de Convivencia deberá ser coordinado por el equipo directivo y debe estar abierto a la participación de todos los sectores de la comunidad educativa: Comisión de Coordinación Pedagógica, Equipos de Ciclo o Departamento Didácticos, Personal Laboral, AMPAS, Junta de Delegados del alumnado, etc.
Para la elaboración del Plan es aconsejable la constitución de un equipo de trabajo, cuya composición será la siguiente:
Una vez elaborado el Plan, éste será presentado al claustro y posteriormente deberá ser aprobado por el Consejo Escolar, así mismo deberá ser supervisado por la Administración educativa.
Tras este proceso, el Plan de Convivencia pasará a formar parte del Proyecto Educativo del Centro, debiéndose incorporar las modificaciones derivadas del Plan a los documentos programáticos del centro que se vean afectados: P.A.T. (Plan de Acción Tutorial), R.R.I. (Reglamento de Régimen Interno), P.A.D. (Plan de Acogida a la Diversidad), etc.
A modo de aproximación, el proceso de elaboración del Plan de Convivencia puede seguir las fases recogidas en el siguiente cuadro:
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FASES DE LA ELABORACIÓN |
REFERENTES O INSTRUMENTOS A UTILIZAR |
SENSIBILIZACIÓN
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Divulgación entre la comunidad educativa y creación del equipo de trabajo. QUÉ Y POR QUÉ DEL PLAN |
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DIAGNÓSTICO |
Características del centro y su entorno |
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Análisis de la realidad del centro en materia de convivencia y clima escolar. |
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Análisis de las medidas y actuaciones actuales. QUÉ HACEMOS |
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CONCRECIÓN DEL PLAN |
Definición de los objetivos del plan y del modelo de convivencia QUÉ QUEREMOS |
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Registro de las medidas del Plan ya existentes y de las nuevas estrategias de actuación COMO LO HAREMOS |
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Detección de necesidades: recursos, protocolos, etc. QUÉ NECESITAMOS |
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DESARROLLO, SEGUIMIENTO Y EVALUACIÓN DEL PROCESO |
Planificación, secuenciación y desarrollo de las actuaciones. APLICAMOS |
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Evaluación cuantitativa y cualitativa del desarrollo del plan: revisión y mejora. REVISAMOS |
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Figura 4: Fases de la elaboración del plan de convivencia en el centro.
A continuación explicamos con más detenimiento las distintas fases del proceso que se puede seguir para elaborar el Plan de Convivencia.
Sensibilización
Es fundamental preparar y sensibilizar a la comunidad escolar sobre la importancia que tiene para los centros una adecuada convivencia y clima escolar. Lograr la colaboración de la comunidad educativa permitirá que la elaboración del Plan sea sentida como una necesidad de todos y un beneficio para todos.
Aunque en la comunidad educativa convivan distintos modos de entender la educación es necesario ponerse de acuerdo en los aspectos básicos. En esta fase es prioritario conformar los equipos de trabajo que van a tener la responsabilidad de la elaboración del Plan.
Diagnóstico
Se trata de recoger por escrito la situación de partida del centro respecto a la convivencia para, de esta manera, poder determinar los aspectos esenciales que están influyendo en ella, tanto de forma positiva como de forma negativa, detectando así las áreas susceptibles de mejora. (Ver Anexo II: “Modelos de registro para el análisis de la realidad del centro en materia de convivencia y clima escolar” y Anexo III: “Cuestionario para la evaluación de la convivencia en los centros educativos”). El chequeo se realizará en los siguientes ámbitos:
Todos los sectores de la Comunidad Educativa abordarán por separado el diagnóstico de los tres ámbitos. El Equipo de trabajo proporcionará los Instrumentos y difundirá el diagnóstico a todos los sectores de la comunidad educativa.
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Concreción del Plan
Se debe tener en cuenta que el Plan de Convivencia estará en continuo cambio y revisión. En cualquier caso se deben abordar las siguientes cuestiones:
La planificación deberá tener en cuenta algunas premisas básicas como:
El análisis de la situación general del centro y la concreción que se haga del Plan nos indicará las fortalezas y debilidades de las estrategias que se vienen desarrollando por lo que, en función de las mismas, se pueden determinar cuáles son las necesidades de formación y qué recursos se requieren: materiales, protocolos de actuación, etc.
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Desarrollo del Plan
Se realizará de manera coherente, coordinada y desde el compromiso de todos los miembros de la Comunidad Educativa. En cada curso escolar se concretarán las actuaciones a través del Programa Anual de Convivencia, que formará parte de la PGA y deberá explicitarse:
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Difusión del Plan
El Plan de Convivencia del Centro, una vez aprobado por el Consejo Escolar, debe ser conocido y asumido por todas las partes implicadas. El equipo de trabajo garantizará su difusión. Proponemos algunos canales de difusión:
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Seguimiento y evaluación del proceso
Una vez se esté aplicando el Plan de Convivencia, la Comisión de Convivencia del centro realizará el seguimiento del mismo a lo largo de cada curso escolar y se podrá elaborar trimestralmente, o en los plazos que se estime oportuno, un documento en el que se recoja las incidencias producidas en este periodo, las actuaciones llevadas a cabo, los resultados conseguidos y las necesidades detectadas para así informar al Consejo Escolar, cuyos miembros darán traslado de la información a los diferentes sectores de la comunidad escolar que representan.
Por otra parte, la Administración Educativa realizará un seguimiento de los Planes de convivencia de los centros velando por el cumplimiento de los mismos y proporcionando el asesoramiento que se considere adecuado.
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Asesoramiento y apoyo externo al centro
Al margen de los cursos, los centros educativos pueden solicitar a los Centros de Innovación Educativa y Formación del Profesorado (CIEFPs) formación específica y asesoramiento en relación con la elaboración de sus propios Planes, de hecho varios centros vienen ya desarrollando desde hace años seminarios y grupos de trabajo en torno a la convivencia escolar.
Igualmente el Servicio de Inspección Educativa, a través del equipo sectorial de Convivencia Escolar, presta asesoramiento y apoyo técnico a los centros para el desarrollo y mejora de sus planes y actuaciones en esta materia.